«Mad Max (1): salvajes de autopista» es una película australiana de 1978.
Su éxito en todo el mundo permite al director George Miller y a su productor Byron Kennedy rodar una secuela, libres ya de la necesidad de la presentación del personaje y de sus motivaciones.
«Mad Max 2: el guerrero de la carretera», de 1982. Los creadores se concentran en las secuencias de acción, en su particular concepto de la violencia (no americano) y en la estética. Sencillamente, espectacular. Aunque como siempre, cuidado con las distopías.
«Mad Max 3: la cúpula del trueno» 1985 requiere un análisis aparte, en positivo y negativo.
«Mad Max 4, Fury Road» 2015 hace que George Miller vuelva a su universo original (con 70 años) y reescriba cómo se hacen las películas de acción.
A continuación inserto el trailer, que muestra la estética general pero oculta muy bien otras bazas que luego sorprenden al ver la película.
Y después dos versiones (original y extendida) del tema musical principal que le da la potencia necesaria (o el octanaje) a los personajes y a la trama.
Lo interesante del tema original es la agresividad de la melodía e instrumentación, buscando coordinarse con motores de gasolina y cómo va derivando luego a algo más melódico y agradable, sin perder su empuje. Me gusta porque en mi opinión crece de forma monocromática (zombieland) hacia contenido diverso, manteniendo la estructura general.
Para mí resume la película, la evolución de un personaje a otro.
No digo más para no incurrir en spoiler 😀
La versión extendida desarrolla los conceptos tal y como los han usado en la película.
Si te gusta el original, dale un vistazo al extendido, muy recomendable.